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¿los perros tienen memoria?




Los perros son animales inteligentes y curiosos que han sido domesticados y criados por los humanos durante miles de años. A menudo, nos preguntamos si tienen memoria y cuánto tiempo retienen las cosas. La respuesta es sí, los perros tienen memoria y pueden retener información durante períodos variables de tiempo, dependiendo del tipo de información y la experiencia en cuestión.

El cerebro del perro funciona de manera similar al cerebro humano, con diferentes partes y funciones especializadas. El cerebro canino está compuesto por tres partes principales: el cerebro frontal, el cerebro medio y el cerebro posterior.

El cerebro frontal es responsable del pensamiento complejo, la toma de decisiones y la resolución de problemas. El cerebro medio controla el movimiento y la coordinación, mientras que el cerebro posterior maneja la percepción sensorial, como el olfato, la vista y el oído.

La memoria a largo plazo en los perros se divide en dos categorías: memoria declarativa y memoria procedimental. La memoria declarativa se refiere a la capacidad de los perros para recordar eventos específicos, como un paseo por el parque o una visita al veterinario. La memoria procedimental se refiere a la habilidad del perro para aprender habilidades motoras y hábitos, como sentarse o dar la pata.

Los perros tienen una memoria de trabajo que les permite retener información a corto plazo. Esta memoria de trabajo les ayuda a recordar comandos y órdenes simples durante un corto período de tiempo, lo que les permite llevar a cabo tareas específicas.

La capacidad de memoria de un perro varía según la raza, la edad y la experiencia. Algunas razas de perros tienen una memoria más fuerte que otras, mientras que los perros mayores pueden tener más dificultades para recordar cosas nuevas. Los perros también tienen la capacidad de olvidar información a medida que envejecen, especialmente si no se utiliza con regularidad.

En general, los perros tienen una memoria sorprendentemente buena y pueden retener información durante períodos de tiempo variables. Si bien su capacidad de memoria no es tan fuerte como la de los humanos, todavía pueden aprender habilidades, recordar eventos y desarrollar rutinas y hábitos. Al comprender cómo funciona la memoria de los perros, podemos crear experiencias positivas y constructivas para nuestros amigos caninos, ayudándolos a vivir vidas felices y saludables.

Un pequeño accidente doméstico te cambia la vida.



Un pequeño accidente doméstico te cambia la vida.

Dolores es una mujer de 81 años alegre, juvenil y positiva que vive con su perrito Terry de 9 años.
Dolores sufrió un accidente casero al caer de una silla mientras colgaba una cortina. Este pequeño incidente doméstico la deja inmovili- zada temporalmente y le impide cuidar de su perro Terry. No lo puede pasear ni le puede dar las atenciones necesarias diarias (limpieza, comer, peluquería, salidas, etc).
Las entidades encargadas de velar por el bien- estar de las personas mayores, contactan con nosotros porque mediante nuestra red de voluntariado apoyamos a Dolores y a su compañero de vida peludo, el pequeño Terry.
En este caso, la primera opción fue buscar una casa de acogida temporal por Terry, así estaría cuidado como es debido y Dolores podría disfrutar de un tiempo tranquila y sin responsa- bilidades, mientras se recuperaba de su lesión para volver a hacer vida con normalidad.
Dolores accedió y gestionamos el trámite de acogida temporal con la voluntaria Claudia, que fue la familia de acogida de Terry durante un mes. Pásate el tiempo de recuperación de Dolores, su peludo volvió contento a su hogar de origen. Durante el tiempo que estuvieron separados, Dolores siempre tuvo contacto con Claudia que le hacía llegar buenas noticias de Terry, como fotos y videos de su peludo jugan- do. Así Dolores siempre se sintió acompañada, era cómo si Terry estuviera de vacaciones, sabía que estaba muy cuidado y solo este hecho, mejoraba su estado de ánimo y lo ayudaba a recuperarse más rápido y mejor. Sabía que pronto, lo volvería a tener con ella en casa.

La llegada del COVID

Pero dicen que los problemas, nunca vienen solos, y la llegada del Covid trastorna la vida afectando especial- mente la vida y rutina de las personas mayores y en general, de todas las personas que se encuentran en situaciones vulnerables.
La fundación impulsa un protocolo Covid de actuación y a continuación contacta con Dolores, que a causa de la situación de aislamiento que sufren las personas grandes en esta crisis sanitaria, está muy deprimida y triste. Necesita alguien que le haga acompañamiento y apoyo emocional.
Por suerte, contamos con personas muy solida- rias que colaboran altruistamente con nuestra fundación, y son especialistas en diferentes áreas de humanidades.

Irina se ofrece a ayudar a Dolores y a realizar un seguimiento y control regular para saber como se encuentra, habla con ella a menudo para vigilar que sigue las indicaciones médicas, puesto que con el confinamiento, se han agra- vado los dolores musculares y articulares y tiene que hacerse revisiones periódicas.

Aunque Dolores es una persona muy alegre, también en aspectos de su vida es reservada y le cuesta en cierto modo, dejarse ayudar, pero finalmente entiende que lo que hacemos es para conseguir que, todo y la complicada situa- ción, mantenga una vida llena y relajada.

Pensad que, durante la pandemia, el miedo se ha apoderado de la mente de muchas personas que en la soledad, se han sentido muy vulnerables y desatendidas. La prohibición de visitas y acompañamiento, ha supuesto el incremento de una soledad no deseada en colectivos, la mayoría olvidados. También las personas que sufren enfermedades mentales, se han encon- trado inmersas en un conflicto sanitario que no comprenden y que tiene una influencia negativa en su estado mental y psíquico.

Por suerte, después de un año en que ha dismi- nuido el agravio de la crisis sanitaria, Dolores todavía disfruta de un apoyo continuado por parte de la red de voluntarios de la fundación. Diariamente cuidamos de ella y de su perro Terry acompañándolos en sus rutinas. Pasea- mos a Terry y tenemos cuidado de su limpieza y alimentación, así como del control veterinario. Aun así, también hacemos visitas a la Dolores en su domicilio y conversamos con ella para que nos explique cómo está. La acompañamos al médico y nos preocupamos por su estado de salud tanto física como mental.

En todos los casos de actuación de nuestro programa BVA (Bella Vieja Alma), siempre buscamos el bienestar de ambas partes necesita- das, intentando mejorar su vida y minimizando al máximo los posibles trastornos emocionales, evitando separaciones innecesarias entre la persona y su compañero de vida peludo, siempre que sea posible.

Por este motivo, los recursos que ofrece la actividad solidaria de Hope & Help se centran en el bienestar del binomio persona-animal, y en el poder curativo que tiene el vínculo de amor existente entre los dos.

Un caso muy cotidiano

Desgraciadamente, la situación de Dolores y Terry es un caso muy usual en nuestra sociedad y requiere soluciones inmediatas que contemplen el bienestar de ambas partes.

La solución no es separar al animal de su humano y llevarlo a una protectora o perrera, que por cierto, están llenas y no tienen recur- sos para mantenerlos.

Este “modus operandi” solo agravia dos grandes problemas sociales: separar a las personas de sus animales de compañía creando un estado no deseado de estrés y tristeza, y llenar las jaulas de las perreras de animales de compañía que tenían un hogar y una familia donde recibían y daban amor, afecto y compañía.

Esto no lo podemos permitir.


Autor:

Lourdes Albiol

Fundación Hope & Help

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